Se fusionó mi alma con la suya
Me invadió un aroma de rosas con sabor a mar
Me sentí elevada sobre una brisa cálida
Que envolvió mi piel como seda invernal
Ellos impregnaron en mí una mancha fatal
Sensación delicada, innominada, sentimiento mortal
Sus ojos burlaron mi ingenuidad natural
Cautivándome y arrastrándome hacia un campo primaveral
Caminé por un sendero de flores blancas
Sosteniendo los restos de mi racionalidad
Mirando a contraluz un horizonte oscuro
De un verano sofocante que amenazaba con llegar
La luz ofuscando una conexión irreal
Una fuerza mayor que me hizo frenar
Debilidad avasallante y espasmos de dolor
Sofocaron todo rastro de un posible amor
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